- "Abu", -diminutivo cariñoso de abuelo- nosotros queremos un barco.
Y quien se niega ante una petición de tamaño calibre, yo no, por supuesto.
Así que tenía ante mí un problema con dos posibles soluciones:
a) Construir un modelo navegable. (Principal problema el tiempo).
b) Ir a la tienda y comprar un RTR (ready to run).
Como la cosa era urgente me decidí por la solución “b)”, es decir un (listo para usar).
Mis nietos y yo fuimos a una reconocida casa de la calle Pelayo y escogieron el modelo “Venezia” de la firma “Jamara”, listo para usar, con su
emisora emitiendo en el canal 11 (40.680) en la banda de los 40Mhz y baterías nuevas, todo por tan sólo 39,95 euros.
Este modelo no incorpora timón y el gobierno se consigue por sus hélices gemelas, cada una propulsada por un motor independiente, haciendo la ciaboga. Si queremos caer a la banda de babor, ciamos con la hélice de babor y bogamos con la de estribor y viceversa.
Las líneas recuerdan a las Rivas, llegamos a casa desembalamos el modelo, colocamos pilas en el emisor y el receptor, damos contacto, primero a la emisora y luego al receptor, accionamos las palancas de mando y nos llevamos una desagradable sorpresa. ¡¡¡No funciona!!!
Y es que estos productos “Made in China”, ya se sabe son…
Pero que no cunda el pánico. Como medida de seguridad, ya que estos “juguetitos” van dedicados a los más pequeños, para que funcione deben estar en cortocircuito las dos bocinas de las hélices y esto se consigue por la propia conducción eléctrica del agua dulce, menor que la salada pero suficiente para que el modelo arranque perfectamente.
¿Ingenioso, no?
Así que si nuestros hijos o nietos intentan poner en marcha el modelo fuera del agua, este dice que no y así evitamos pequeños accidentes o no tan pequeños, porque estos motores y sus afiladas hélices desarrollan bastante potencia.
No obstante, los adultos juiciosos (¿?), si queremos hacer pruebas en “seco”, consumos, rpm’s, etc. o sea, jugar a técnicos de laboratorio, tenemos el recurso de conectar ambas bocinas mediante un conductor.
En esta imágen vemos una vista de la “Venezia”, donde podemos apreciar detalladamente la ausencia de timón y su sistema de propulsión encomendado a dos hélices gemelas de giro al interior.
En otra imagen podemos ver la placa base de la emisora, es un circuito bastante complejo, pero con muy pocos componentes, el circuito integrado es el que realiza todo el trabajo y el cristal es el que se encarga de mantener la frecuencia con una estabilidad que, no por estar acostumbrados, deja de sorprendernos por su gran precisión.
En esta imagen podemos apreciar el compartimento para las baterías y los cables de alimentación que salen del mismo, las dos palancas o joysticks, la palanca de la izquierda comanda el motor de babor y la de la derecha el de estribor.
En su posición central o de reposo los motores están parados, accionando la palanca hacia arriba el motor arranca en marcha avante y accionando la palanca hacia abajo el motor funciona en marcha atrás.
La velocidad, contrariamente a lo que estamos acostumbrados en nuestras emisoras, no es proporcional al recorrido de la palanca, paro en su posición central o de reposo y acelerando tanto más cuanto nos acercamos al límite de su recorrido, sea en sentido avante como de marcha atrás, sino que en este modelo es un "todo" o "nada", quiere decir que los motores siempre funcionaran al máximo de sus revoluciones, debiendo corregir los desvios de dirección mediante pequeños paros de un motor u otro.
Esta forma de gobernar la embarcación tal vez sea más fácil para los "peques", que es el público al que va dirigido este modelo que no olvidemos es de iniciación, pero castiga el consumo reduciendo la autonomía que podríamos obtener mediente un regulador.
Aquellos que tenemos cierta edad y nos ha tocado “bregar” con circuitos resonantes a base de bobinas autoconstruidas y condensadores de aire,
nos admiramos por el avance de la ciencia aplicada a la técnica, pero al mismo tiempo nos deja "cara de tonto" porque no podemos olvidar las
largas y tediosas horas dedicadas a los ajustes para conseguir que un circuito resonase en la frecuencia requerida sin que “patinase” demasiado.
Por otro lado, somos fervientes seguidores de la evolución científica y como dije antes no por acostumbrados deja de sorprendernos el gran avance logrado en pocos años. Hoy en día todo el mundo encuentra normal los ordenadores, las ipad o ipods, las tablets, los GPS y un largo etc., sin apenas darnos cuenta hemos convertido el móvil de un simple "¿?" teléfono portátil a una auténtica terminal informática multimedia y más que muy posiblemente, en un futuro, más o menos inmediato, sustituirán a las tarjetas de crédito como medio de pago y otras transacciones diversas que las tarjetas no pueden proporcionar.
Prácticamente los e-mail y los sms han quedado obsoletos en los móviles actuales, quedando desplazados por el WhatsApp, servicio de mensajería instantánea para enviar y recibir mensajes vía internet que permite crear grupos intercambiando no sólo mensajes sino imágenes, videos y grabaciones de audio.
En enero de 2015 Facebook, propietario de WhatsApp, lanzó la versión en pruebas de WhatsApp Web que en principio solo está disponible para los sistemas Android, Windows Phone, BlackBerry y Symbian y accesible desde Google Chrome, Opera y Firefox, pudiendo acceder a este servicio entrando en la página whatsApp.com y nadie se admira por ello, sin embargo a poco que se analice llegamos al convencimiento que en los últimos cincuenta años, la humanidad ha acumulado más conocimientos científicos y técnicos que nuestros antepasados en dos mil años... bueno, vale, en mil novecientos sesenta y cinco años.