Neumática auxiliar del Nosey

Todo barco que se precie debe llevar un auxiliar, chinchorro, bote o lancha neumática.

Sin ánimo de ser exhaustivos lo necesitaremos para los pequeños desplazamientos cuando nos hallemos fondeados, para desplazarnos a tierra, embarcar o desembarcar invitados o tripulantes, y también para sacarnos de algún que otro apuro cuando el ancla se haya enrocado. En navegación suele ir debidamente estibada sobre la cubierta, aunque en travesías cortas es bastante frecuente verlas remolcadas a popa del barco.

Como auxiliar del Nosey, nos hemos decidido por una lancha neumática, cuyas dimensiones quedan reflejadas en un pequeño plano que hemos confeccionado como guía para nuestro trabajo.

Para dimensionar las diferentes partes de nuestra neumática nos hemos basado en un promedio de las dimensiones de modelos reales según el resultado que hemos obtenido del estudio de los catálogos de los principales fabricantes de este tipo de embarcaciones.

Con esta base hemos establecido una proporción entre el modelo y la neumática.

Para el flotador perimetral de la neumática hemos utilizado un redondo de "Haya" que hemos obtenido de una percha de madera. Sí, ya sé que se puede adquirir en cualquier establecimiento de modelismo o almacén de madera, pero a veces la impaciencia por ver el resultado de una idea brillante (brillante porque la idea es nuestra, a otros puede parecerles pueril), nos impele a improvisar soluciones disparatadas, o puede ser que se nos haya ocurrido en domingo y nuestra impaciencia no nos deje esperar al lunes. Debo decir en mi descargo que, en este caso, la idea resultó de lo más acertada.

En primer lugar hicimos una pequeña pasada al redondo en el torno para igualar su superficie. Torneamos los conos de popa y cortamos las diferentes piezas a la medida y en el ángulo que nos indica el plano. Hay que aclarar que las piezas que forman la oblicuidad de la proa han de ser cortadas en un ángulo compuesto, es decir, además de la inclinación en el plano horizontal (13,28º) hay que darle la misma inclinación en el plano vertical. Si no lo hacemos así la inclinación hacia "arriba" de la proa no se produciría.

Si no disponemos de medios para hacer el corte a doble ángulo un pequeño truco que nos dará buen resultado es colocar un retal de contrachapado de 3 mm. exactamente donde debemos hacer el corte. La diferencia de elevación de ambas piezas es de exactamente 3,09 mm., según indica el plano. Manteniendo estos ángulos la figura del corte no corresponderá a una circunferencia, sino, a un óvalo perpendicular al plano, la pieza de popa y a un óvalo inclinado la de amura, la unión de ambas piezas nos dará automáticamente la inclinación que nos indica el plano.

La explicación puede parecer un poco farragosa (de hecho lo es) pero se trata simplemente de elevar la zona de corte 3 mm. Probarlo y os resultará sumamente fácil y además muy preciso.

Dos capas de selladora y otras dos de esmalte sintético Titanlux Amarillo Real 529, con lijados entre capas con lija al agua de grano 500 nos dejará una superficie lisa y muy fina al tacto.

Para los remos hemos utilizado mondadientes redondos a los que les hemos cortado la punta labrada. En esta misma punta con la circular hemos hecho una ranura que hemos retocado con una sierra para eliminar la curvatura. Con contrachapado de 1 mm. hemos cortado las dos palas que hemos encajado en las ranuras, además de fijarlas con cola blanca. Una vez seco el conjunto recortamos la otra punta (la cónica) para ajustar a medida.

Con la ayuda de un pequeño pincel aportamos la cola necesaria para una perfecta unión. Eliminaremos el exceso con el pincel, especialmente en la línea de unión de la pala y el brazo del remo. Un pequeño recipiente con agua nos permitirá limpiar el pincel de la cola retirada.

Podemos observar las piezas que conforman los paneles del suelo de la neumática y los soportes de cubierta para la estiba de la lancha.

Hemos practicado unos encastres en la cabina de popa donde con Araldit normal de dos componentes hemos hecho firme los soportes. Un par de manos de selladora y otras dos de esmalte Titanlux, con lijados intermedios de lija al agua de grano 500, dejan una superficie muy igualada sin apenas notarse la operación realizada.

A un milímetro (±) de los extremos de los soportes de la neumática y con una broca de 1 milímetro hemos hecho unos taladros donde irán anclados los herrajes y la cincha para hacer firme la neumática.

Podemos retirar el exceso de epoxi con un pequeño pincel y alcohol, de esta forma nos quedará una unión muy limpia e igual de resistente.

Vamos a ocuparnos, ahora, del sistema de trincar la neumática en cubierta. En los taladros que hicimos al lado de los extremos de los soportes de la neumática introduciremos unos pequeños cáncamos de latón que abriremos convenientemente y pegaremos con Araldit dos componentes. El cobre y el latón, no se oxidan, pero se cubren de una pátina que hay que limpiar si queremos obtener una buena unión, sea mediante soldadura con estaño o a base de pegamento tipo epoxi o similar. Hay un pequeño truco que nos facilitará muchísimo la operación de limpieza y consiste en aprovechar la propiedad de que el cobre y también el latón son solubles en ácido clorhídrico.

Unas cuantas gotas de salfumant, el doméstico tiene una concentración del 22% de ácido clorhídrico, en un cacillo y unos diez segundos serán suficientes para tener una superficie limpia y decapada, apta para la perfecta unión por soldadura o pegado. Obsérvese la imagen donde en la fila superior tenemos los cáncamos después del "baño" en salfumant y en la inferior antes de sumergirlos.

Daremos una capa de pintura negra para evitar que con el tiempo se vuelva a depositar la pátina y con goma elástica fina (en la mercería hemos encontrado de 1,30 mm.) haremos una cincha cuyos extremos los terminaremos con una gaza para poder "amarrar" en los cáncamos.

Finalizaremos nuestra neumática con detalles como el cabo (cuerda) para ayudarnos a subir a bordo después de un baño. Y también el cabo de amarre en proa.

En las siguientes imágenes podemos ver vistas desde diferentes ángulos, de la neumática terminada y como queda trincada en su soporte de cubierta con la cincha elástica que nos hemos confeccionado. Los puristas nos criticarán que hayamos optado por un elemento elástico. Y tienen razón. En nuestra defensa diremos que se ha impuesto lo práctico (solución sencilla y eficaz) y la ventaja de que precisamente por la elasticidad del elemento tenemos asegurada siempre la tensión adecuada para una sujeción perfecta, siendo un sistema rápido cada vez que queramos sacar la neumática de su soporte para atoarla desde el barco.

Saludos y como de costumbre a vuestra disposición.